Desde hace unas semanas tengo a mi hija mayor viviendo en Dublín. Una vez acabada su carrera universitaria, decidió darle un buen empujón a su inglés, coger sus bártulos y marcharse a vivir unos meses, de momento, a Irlanda.
Está encantada a pesar de que los inicios de su periplo no fueron buenos, pero hoy se confiesa una enamorada de la capital irlandesa. Me pidió que le llenara el blog de recetas fáciles y buenísimas, rápidas de hacer y que no le complicaran demasiado la vida a la hora de organizarse los menús diarios, así que os traeré recetas sanas, deliciosas y sobre todo aptas para los que como ella empiezan a trastear entre fogones.
Esta es una idea deliciosa, muy sencilla de hacer y que sobre todo os va a permitir sacar provecho a esos restos de verduras que tenemos por la nevera.
A ello:
Ingredientes:
- 1/2 kilo de patatas, cortadas muy finitas
- 2 cebollas
- 2 dientes de ajo
- un brócoli
- 250 ml de nata para cocinar, leche ideal, o en mi caso nata de soja para cocinar
- sal
- pimienta
- pan rallado
- aceite de oliva
Preparación:
Comenzamos precalentando el horno a 180º.
Cortamos el brócoli en ramilletes pequeños. Ponemos agua a hervir en una tartera, con un poco de sal, y en cuanto rompa el hervor, introducimos el brócoli y dejamos cocer unos 5 minutos. Escurrimos y reservamos.
Pelamos las patatas y cortamos en rodaja muy finitas. Pelamos las cebollas en aros finos y picamos los dientes de ajo. En un bol amplio, mezclamos patatas, cebolla y ajos, y salpimentamos al gusto.
Colocamos el brócoli en una fuente apta para horno, si es de barro mejor, y regamos con un poco de nata.
Sobre éste, echamos la mezcla de patatas y cebollas, regamos con el resto de la nata, y rociamos con un hilo de aceite de oliva. Por último espolvoreamos la fuente con pan rallado.
Introducimos en el horno a 180º, durante unos 45 minutos, más o menos, tapando la fuente con papel de aluminio.
Antes de retirar la fuente del horno, pinchamos las patatas para comprobar que estén bien hechas.
Servimos caliente.
Podemos echarle también jamón, bacon, restos de pollo, carne picada...setas, champiñones, pimientos...admite cualquier ingrediente que os apetezca en ese momento, pero como soy una apasionada del brócoli, yo preferí dejarlo tal cual.
Espero que esta, junto con otras ideas ya en el blog y demás que os voy a ir trayendo, sirvan para que mi hija, como un montón de seguidores del blog, que hace nada empezaron a cocinar, se animen y pierdan un poco de tiempo en la cocina, que merece la pena; mientras, la seguiré echando de menos...
No creo que tarde mucho en preparar esta delícia de plato.
ResponderEliminarBUENA SUERTE A TU HIJA y un BESO para tí :)))
Menuda pinta Mama,hoy la pienso hacer para mi cena( en unas 2 horitas ya sabes,horario irlandes) ya te dire que tal me salieron! Yo tambien te echo de menos...
ResponderEliminarQué buena receta, Marién! Súper rápida y con un resultado increíble! Seguro que está deliciosa!
ResponderEliminarSuerte a tu hija
Besos!
Me encanta la receta, la haré muy pronto. Te diré. MUCHAS GRACIAS Y FELIZ ESTANCIA PARA TU HIJA¡¡¡¡. Saludos.
ResponderEliminarMe encanta. me encantaaaa!!!!! lo hago fijo
ResponderEliminarGenial esta receta, porque como bien dices es sencilla, y además sirve también como guarnición para una carne o un pescado al horno!
ResponderEliminarDile a tu hija que disfrute y que aprenda todo lo que pueda!
Con este gratinado, Lucía conquista Irlanda y lo que se le ponga por delante.
ResponderEliminarBuenísima!, ya la hice, y de verdad que sale estupenda. Me encanta esta receta!!! Muchas gracias,
ResponderEliminarRosa
Me gusta mucho, me la apunto para mi recetario de opciones caseras veganas ricas!
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