Bizcocho de calabaza y almendras

Hace tiempo que quería probar este bizcocho. Lo tengo en la carpeta de las recetas pendientes, entre miles de  delicias que voy recortando, escuchando, leyendo, o tomando buena nota de amigas y familia.

Como tenía mucha almendra molida, que me había quedado después de hacer los dulces de Navidad, comencé a buscar algo para hacer con ella, cuando me di de cara con este delicioso bizcocho.

Es buenísimo, de textura húmeda, nada pesado y sobre todo, para los reticentes, nadie notará que lleva calabaza. Tiene un color, que personalmente me entra por los ojos...

Vamos a ello, vereis que sencillo.

Ingredientes:

- 400 grs de calabaza pelada y cortada en trozos
- 150 grs de harina
- 50 grs de almendra molida
- un sobre de levadura
- 3 huevos
- 150 grs de azúcar
- 100 grs de mantequilla a temperatura ambiente
- una pizca de sal
- azúcar glass para decorar

Preparación:

Precalentamos el horno a 180º.

Lo primero que vamos a hacer es poner la calabaza ya pelada y partida en trozos en un bol, y cubrimos con agua (sólo cubrir). Metemos en el microondas y cocemos durante 15 minutos a potencia máxima.

Sacamos y escurrimos. Cuando no tenga nada de agua, la machacamos con un tenedor para obtener un puré de calabaza. Reservamos.

Con la batidora de varillas, mezclamos durante un par de minutos la harina, la levadura, sal y almendras, hasta que todo esté bien ligado.

En otro bol batimos los huevos con el azúcar, procurando que ésta se integre bien, y vamos incorporando esta mezcla a la harina y almendras, poco a poco, hasta que nos quede un conjunto homogéneo.

Mezclamos por otro lado el puré de calabaza que teníamos reservado con la mantequilla, que la tendremos a temperatura ambiente, con ayuda de la batidora, y el resultado lo añadimos a la masa de harina, almendras, huevos y resto de ingredientes.

Vertemos la masa en un molde previamente engrasado o de silicona, y horneamos durante 30-40 minuitos a 180º. Vamos vigilando que nos quede dorado. Al acabar el tiempo, pinchamos con un cuchillo a ver si está bien cocido, y retiramos del horno.

Dejamos enfriar, desmoldamos y decoramos espolvoreando de azúcar glass.

El resultado ya lo veis: un esponjoso bizcocho, delicioso, y que estoy segura vais a repetir en más de una ocasión.

Me encanta esta receta.