Primer intercambio galletero: galletas de calabaza

Hace unas cuantas semanas, descubrí que en el blog "La casita de las galletas", Lyz e Inma nos proponían realizar el primer intercambio galletero.

Consistía en que tras apuntarse a la idea, ellas nos repartían el nombre y dirección de una persona a la que dentro de unas fechas, teníamos que enviarle unas galletas, junto con la receta  de éstas, y en un día señalado, todos los participantes publicaríamos las galletas recibidas y el modo de hacerlas. Es decir, no era ni más ni menos que una especie de amigo invisible , pero en versión "galletil".

Así que ni corta ni me nos aún perezosa, la idea me atrajo lo sauficiente para lanzarme al reto. No dudé en que las galletas con las que participaría eran las de avellana que ya publiqué en su momento, cuya receta podeis ver aquí.

A mi, me llegaron unas galletas de calabaza, que Jéssica Luque del blog "The sweet pig", me envió con todo detalle.

Son muy buenas, y tal cual me llegó la receta os la transcribo para que os amimeis a hacerlas.

Ingredientes:

- 100 grs de puré de calabaza
- 100 grs de harina
- 75 grs de azúcar
- un huevo
- una cucharadita de levadura en polvo ( ella usó bicarbonato)
- 50 grs de pepitas de chocolate ( Jéssica puso fideos de chocolate)
- una pizca de canela

Preparación:

Lo primero que tendremos que hacer es el puré de clabaza. Cortamos la calabaza en trocitos y la introducimos en un cazo con agua a fuego medio. La dejamos cocinar durante 20 minutos. Pasado el tiempo la retiramos del fuego, la escurrimos bien del agua y la trituramos en la batidora o en un pasapurés (aclaración: Jésicca la coció en el microondas, que queda igual de bien y luego la chafa en el mortero).

Precalentamos el horno a 180º. Mezcalmos el puré con la harina, azúcar y el huevo, ligeramente batido. Añadimos la levadura, la canela y las pepitas de chocolate. Removemos bien hasta obtener una masa homogénea.

Una vez tenemos la masa preparada vamos formando pequeños montoncitos, para ello cogeremos una cuchara grande de masa y la derramamos sobe una bandeja de horno que previamente hemos forrado con papel vegetal. No pondremos muy juntos los montoncitos, pues la masa tiende a expandirse un poco.

Horneamos durante 10 minutos o hasta que las galletas adquieran un tono dorado.

Dejamos enfriar un poco sobre una rejilla. Una vez preparadas las podemos consumir templadas o frías. De cualquier manera están muy buenas.

La textura de las galletas es un poquito abizcochada, no es la típica galleta crujiente, pero muy rica, y con un  vaso de leche, están estupendas.

Muchas gracias a Lyz e Inma por la idea tan novedosa, y a Jésicca, mi amiga invisible en ésto de las galletas, un beso enorme, y gracias por la carta tan cariñosa que me mandó, y que la fotografié junto a las galletas de calabaza.

La entrada es suya, esta vez sólo fuí mera transcriptora y fotógrafa...