Morcilla de berenjenas en triángulos

Hace unos días hice esta morcilla de berenjenas en casa. Venían unos amigos a cenar y se me ocurrió presentarla así; envuelta en pasta brick, con forma de triángulo, en vez de dejarla emplatada para tomar sobre tostas de pan.

Cuando estaba friendo los triángulos, mi hijo Luis llegó por la cocina, a preguntarme qué olía tan bien. "Triángulos de morcilla", le dije, ante lo cual me pidió de inmediato que le dejara probar uno, ya que la morcilla tradicional, de embutido, le encanta.

Esperé a que lo saboreara, y sólo me dijo: "Brutal"...no me pude contener, le expliqué que estaba comiendo morcilla de berenjenas, pero que no lleva morcilla, ni embutido ni nada parecido, sólo verdura...su cara fue un asombro total, pero al menos reconoció que le había gustado.

Ingredientes:

- 250 grs de cebollas
- 500 grs de berenjenas sin pelar
- 50 grs de aceite de oliva
- una cucharada de orégano
- 2 cucharadas de tomate natural triturado
- sal
- pimienta
- un huevo batido
- pasta brick

Preparación:

Comenzamos preparando las berenjenas. Para ello las cortamos en rodajas, y las depositamos en una fuente, salándolas y dejando que "suden", durante media hora. Cuando pase el tiempo, las vamos secando entre papeles de cocina, presionando ligeramente para que pierdan agua.

Cortamos las cebollas en cuartos, y las echamos en el vaso de la Thermomix, y las trituramos durante 10 segundos, a velocidad 4. Las sacamos del vaso y las reservamos.

Introducimos las berenjenas en el vaso, y las troceamos durante 8 segundos a velocidad 4.

Añadimos las cebollas reservadas, el aceite, orégano, sal, pimienta y tomate, y las vamos a cocinar durante 30 minutos, temperatura varoma, velocidad 1.

Pasado el tiempo, las sacamos del vaso y las dejamos reposar en una fuente, antes de rellenar la pasta brick, para que vayan enfriando.

Una vez fría la morcilla de berenjena, vamos rellenando la pasta con ella, envolviéndola en forma de triángulo, rollito...como queramos.

Calentamos aceite en una sartén, pintamos los triángulos con huevo batido, y freímos en abundante aceite caliente, hasta que se doren.

Sacamos y dejamos que reposen sobre un papel de cocina, para que escurran el exceso de aceite y servimos templadas.

Ya veréis cómo os sorprenden. Os aseguro que al igual que mi hijo, engañaréis a más de uno con su sabor, ya que recuerda muchísimo a la morcilla.

Si no queréis complicaros e incluso aligerar el plato, presentarlas para acompañar de panecillos tostados, o picos.

Para mí tal cual están buenísimas, no necesito más, pero podéis acompañarlas de una ensalada fresca. Una delicia!!