Galletas de jengibre

Esta tarde estuve tomando un café con mi amiga Conchi. Nuestra amistad surge en una especie de "cita a ciegas", cuando sin conocernos de nada quedamos para asistir juntas a un curso de galletas decoradas.

Desde entonces intentamos vernos a cada poco, y durante el timpo del café, hablamos sin parar de glasas, masa de galletas, cupcakes, buttercream, moldes, cortadores...Es una gozada cafetear con ella , porque además de que es una experta, este año me sorprendió con que está realizando un curso de repostería, y me está enseñando un montón de cosas.

Bien, pues en el café de hoy, me preguntó si tenía alguna receta de galletas de jengibre y casualmente las había preparado este fin de semana.

En casa, las galletas de jengibre clásicas, es decir con ese sabor tan carácterístico, no es que les entusiasmen demasiado, pero conseguí suavizarlo a base de canela a partes iguales.

Son facilísimas de hacer, vamos allá:

Ingredientes:

- 260 grs de harina
- 100 grs de azúcar moreno
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharada pequeña de canela
- 1 cucharada pequeña de jengibre en polvo
- 150 grs de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 huevo
- 1 cucharada de leche
- 1 pellizo de sal

Preparación:

Comenzamos precalentando el horno a 180º. En el vaso de la batidora de varillas, o en un cuenco mezclamos harina, azúcar, bicarbonato, canela jengibre y sal, hasta que todo quede bien integrado.

En un bol batimos el huevo, y se lo añadimos a la masa anterior, junto a la leche y cuando estén bien integrados, hacemos lo mismo con la mantequilla, la añadimos y trabajamos hasta que esté perfectamente unida a la masa.

En este punto, a mi me gusta sacar la masa del cuenco y acabar de mezclarla a mano. Cuando la tengamos lista, vamos haciendo bolitas y colocándolas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal.

Las horneamos a 180º, durante 15-20 minutos. Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla, espolvoreando con azúcar glass.

También podeis darles la forma clásica de hombrecillo de jengibre, pero a mi en este caso me apetecía hacer una galleta diferente, me encanta este estilo, más rústico, quebradas por el calor, espolvoreadas de azúcar glass, creo que son tremendamente apetecibles.

Así que espero llegar a tiempo para que Conchi que hoy tenía ganas de hornear se ponga a ello, y en cuanto quedemos, me pueda contar cómo salieron las galletas, volveremos a nuestras masas, polvorones, glorias, yemas...que es lo suyo en este tiempo.